Con este proyecto se animó a los alumnos de 4 y 5 años a seleccionar un objeto cotidiano en desuso: un sobre, una cremallera, una pinza de la ropa, unos botones… lo que en el ámbito artístico suele denominarse como un “objet trouve”, un objeto que por algún motivo llamara su atención, para que a partir de él iniciaran un proceso  de transformación, una metamorfosis que lo convirtiera en otro totalmente diferente. Esta metamorfosis  además de desarrollar su creatividad y su pensamiento artístico,  pretendía ayudarles a interiorizar la necesidad de alargar la vida útil de las cosas,  a cuestionarse su papel de consumidores y acercarse a una economía circular que favorezca la sostenibilidad del planeta.

Alrededor nuestro hay numerosos objetos a los que habitualmente no prestamos ninguna atención pero que ejercen una especial fascinación sobre los niños. Los niños y niñas  tienden a tocarlos, a cogerlos, a manipularlos y al estar en sus manos empiezan a pertenecer a un nuevo imaginario, cobran vida en un mundo diferente al habitual y se llenan de simbolismo. Una simple percha o una piedra, una cucharilla o un trozo de tela… objetos comunes y vulgares que se llenan de connotaciones personales y emocionales en función de la mirada y de los intereses  de quién los escoge. Dejan de ser objetos anodinos para convertirse en objetos poéticos, en creaciones personales cargadas de sentido. 

Quizás hablar en términos de economía circular a niños de Educación Infantil pueda parecer un poco excesivo, pero el arte nos permite abordar realidades y conceptos complejos que se entienden mejor a través de la práctica que a través de las palabras. Una simple invitación a crear a partir de materiales reciclados, preguntarles en qué los podrían transformar, qué otro uso podrían tener, qué se puede aprovechar y para qué… ha sido suficiente para introducirlos en un campo de trabajo que aborda temas de auténtica necesidad en nuestro momento actual, ha permitido conversar sobre  conceptos como sostenibilidad, producción reflexiva, reciclaje y ,sobre todo, nos ha ayudado a repensar muchos de los actos que diariamente hacemos como consumidores y sus repercusiones en el planeta.  

El proceso de trabajo se ha iniciado con una primera elección semi-inconsciente de “algo” que llamara nuestra atención, que nos pareciera sugerente, bonito, interesante, que nos recordara a algo o a alguien… un objeto a partir del cual elaborar una creación consciente y hacerlo “nuestro”: recrearlo. Para facilitar este proceso de recreación hemos seguido una estrategia reflexiva inspirada en el uso de las llaves del pensamiento del proyecto Zero de la Universidad de Harvard. Con estas llaves hemos formulado una serie de preguntas que les han ayudado a plantearse y replantearse los pasos de su proceso creativo; les han ayudado a organizar su primera intuición inmediata, a ser capaces de materializar esa imaginación involuntaria y espontánea, esa suma de pensamientos dispares,  en una creación consciente y real. Este paso de la imaginación a la creación  es un aspecto fundamental del proceso creativo. Crear no es solo imaginar, sino ser capaces de llevar esa imaginación al terreno de lo real materializándolo en una palabra, un dibujo, un artefacto… pero llevándolo al terreno de lo real y de lo comunicable. El proceso creativo sigue unas fases que muchas veces son invisibles para nosotras mismas y para nuestros alumnos, pero que determinadas preguntas o estrategias nos pueden ayudar a activar y facilitar. La creatividad es una habilidad que puede aprenderse y propuestas como estas facilitan que todos los alumnos, y no solo unos pocos bien predispuestos de manera innata, puedan mejorar en dichas habilidades. El trabajo de creación se ha completado con su propia documentación, con una revisión del proceso seguido y la representación gráfica que deja testimonio de sus pensamientos creativos y permite hacer su pensamiento visible.

Fotos que apoyan el funcionamiento de la economía circular

Reintroducir  productos que ya no se corresponde a las necesidades iniciales.  
B. Reutilización de ciertos residuos o partes de los mismos, que todavía pueden funcionar para la elaboración de nuevos productos.   

C. Reciclar, aprovechar los materiales que se desechan.