Verdes, amarillos, anaranjados, rojizos y marrones, un abanico de colores que nos hablan del paso del tiempo y definen la estación del otoño. El otoño nos proporciona unos recursos naturales ricos, accesibles y transformables. Ligando el concepto de tiempo y los recursos encontrados en los patios de la escuela, las hojas caídas, se plantea crear una actuación “land-art” sobre el propio espacio exterior, la naturaleza habla de la propia naturaleza.